Hola bueno en realidad este es la primera historia que publico siempre me gusta seguir muchas historias y ahora quisiera que me ayudaran corrigiendo esta :S siempre he escrito muchas pero me parecen que estan mal o algo les falta pero aun no encuentro quien me ayude a corregir asi que aqui hay una que hice un dia mientras iba a la universidad^^
me ayudan ????
Lo conocí en un baile entre el internado masculino y el femenino. Él estaba rodeado de otro chicos y todas las chicas solo hablaban de aquel chico guapo, todas querían bailar con él, realmente sí que era guapo. El baile acabo y nos dirigimos a nuestros respectivos dormitorios, mientras caminábamos las chicas solo hablaban del baile de todos los chicos que habían conocido y de cuales les hacía falta por conocer, en aquella época teníamos todos entre 10 y 11 años aun éramos muy chicos para entender el real significado de un baile. Los días trascurrieron y las actividades entre los internados fueron apareciendo, al final no recuerdo como, ni porque aquel chico guapo y yo terminamos siendo amigos. En ese momento su apariencia física paso a segundo plano ya solo importado lo divertido que podía llegar a ser en algunas ocasiones, realmente era un chico caprichoso que se creía el dueño del universo, pero siempre tras eso un chico de buen corazón. En la última salida de ese año (en el que lo conocí), el prometió que iría a mi graduación sin importar que tuviese que hacer para estar ahí. Desde ese momento nuestra amistad comenzó a crecer más y más y cuando nos veíamos en las actividades reíamos y realmente las disfrutábamos. En las vacaciones nos veíamos 1 o 2 veces y volvíamos a encontrarnos hasta el día en que entráramos al internado. Pasaron 3 años de esta manera, realmente unos buenos años hasta que llego ese día, comenzábamos la secundaria, yo solo esperaba ver su cara sonriendo con autosuficiencia deseándome buena suerte para el nuevo año que comenzábamos, pero no sucedió, ese día no me sentía bien sabía que algo había pasado con mi amigo, pero no podía hacer nada.
Cuando terminaron las clases fui rápido a mi habitación y en el escritorio había un sobrecito con dos letras inscritas en el A.K saque rápidamente la carta del sobre y de inmediato comencé a leer:
Hola
Para no hacer esto más triste, decidí dejarte esta carta, mis padres me hicieron volver a Japón lo siento. No volveré.
Keigo Atobe– The King-
En ese momento las lágrimas comenzaron a salir de los ojos en cantidades alarmantes llore toda esa semana no podía creer que mi amigo ya no estaría conmigo nunca mas, y en ese momento salió a la luz algo que pensé que no existía, aquel amigo, aquel chico sin duda alguna me gustaba, sabía que era muy pequeña aun para saber el significado de esas palabras pero no me importaba en ese momento era lo que sentía, y yo sabía que él no quería irse él me lo había dicho alguna vez, pero ahora ya no estaba.
Ese año transcurrió con tristeza y un agujero en mi corazón, sentía que no podría cerrarlo jamás. El agujero se fue cerrando poco a poco durante todo el tiempo de secundaria; conocí nuevas personas, nuevas amistades y lazos se formaron, la tristeza poco a poco se fue extinguiendo, pero en mi quedaba aun el recuerdo de aquel chico caprichoso.
La preparatoria llego y con ella nuevas experiencias: fiestas, salidas, amigos y problemas. Pasaba la mayor parte del tiempo estudiando para el examen de ingreso a la universidad, en mi cabeza solo había espacio para un seré aceptada o me rechazaran. Mientras estudiaba abrí un libro que tenía hace varios años y de el salió una carta no recordaba haber guardado nada ahí así que por curiosidad la tome y la leí, ahí estaba su firma Keigo Atobe – The King-, las lágrimas rodaban por mis mejillas sin poder contenerlas, todos los recuerdos de mi infancia junto a él vinieron y llenaron mi cabeza, comprendí que aquel agujero que creía cerrado solo había sido pegado con una bandita y ahora estaba abierto de nuevo. Recordé la promesa que me hizo alguna vez, sonreí tristemente al darme cuenta que si no habíamos contactado en más de 4 años no habría porque esperar que la cumpliera. No quise estudiar mas y me acosté a dormir.
muchas veces después de la noche en que volví a leer la carta tenia presente la imagen borrosa del chico que se autoproclamaba rey pero quedaban pocos meses para terminar la preparatoria, estaba emocionada y un poco asustada, era hora de presentar los exámenes de ingreso a la universidad, allí sabría que iba a ser de mi futuro. Presente los exámenes y al poco tiempo llegaron los resultados, había sido aceptada en dos universidades, mis padres estaban feliz y ahora las clases en el internado terminaban.
Todas las chicas debíamos llevar vestidos, el mío seria uno sencillo color beige, parecido al que me puse en mi primer baile. En esos días las chicas salimos de compras en grupos buscando los mejores complementos para los vestidos y por fin la noche de la ceremonia de graduación llego. Mis padres estaban emocionados, y por supuesto yo también, por fin saldría del internado a la vida real por así decirlo. En la sala de ceremonias el profesor encargado nos ayudaba a ponernos las capas de graduación. También se graduarían los del internado masculino junto a nosotras, todos los estudiantes nos sentamos a delante y los padres atrás esperando ver a sus hijos pasar por su tan anhelado diploma. La ceremonia comenzó las palabras de los representantes de cada internado fueron escuchadas y luego cada uno comenzó a pasar por su diploma cuando decían su nombre. Mi turno llego estaba nerviosa, cuando recibí el diploma mire a mis padres, les sonreí y recorrí con la mirada el lugar entero, en la última fila vi un chico apuesto, no lo había visto en la clase de los niños así que supuse que era el novio o el hermano de alguna chica afortunada. Fui a mi lugar y espere a que terminar la ceremonia. Paso un largo rato y cuando por fin acabo mis padres saltaron a mi lado me tomaban fotos con el diploma, con mis amigas, con mis amigos, con cualquier persona que pasara, fui a dejar la capa al profesor encargado y mis padres dijeron que me esperarían en el auto mientras me despedía de mis amigos. Cuando iba saliendo del lugar alguien me tomo de la mano, pensé que me había quedado alguien sin despedir así que voltee rápidamente, era el chico que había visto antes, lo mire fijamente el noto mi sorpresa y sonrió con autosuficiencia. “Felicidades” me dijo entregándome un ramo de flores que llevaba en la mano, yo me sonroje y no logre balbucear nada más que un pero. El rio y me abrazo, en ese instante lo reconocí, cuando se separó de mi lo mire y le sonreí “Tu…” fue lo único que le dije con una sonrisa y mis labios y los ojos enjuagados en lágrimas. Sentí como el agujero en mi corazón se cerraba completamente.
“No es de reyes no cumplir las promesas y te dije que estaría aquí contigo en este día” me dijo sonriéndome cálidamente y me volvió a abrazar. Caminamos hacia la salida “esperaba esto hace mucho tiempo” continuo, y luego sin pensarlo dos veces tomo mi cara entre sus manos y me beso tiernamente.
Bueno esta muy general pero agradecería su ayuda ^^Cuando terminaron las clases fui rápido a mi habitación y en el escritorio había un sobrecito con dos letras inscritas en el A.K saque rápidamente la carta del sobre y de inmediato comencé a leer:
Hola
Para no hacer esto más triste, decidí dejarte esta carta, mis padres me hicieron volver a Japón lo siento. No volveré.
Keigo Atobe– The King-
En ese momento las lágrimas comenzaron a salir de los ojos en cantidades alarmantes llore toda esa semana no podía creer que mi amigo ya no estaría conmigo nunca mas, y en ese momento salió a la luz algo que pensé que no existía, aquel amigo, aquel chico sin duda alguna me gustaba, sabía que era muy pequeña aun para saber el significado de esas palabras pero no me importaba en ese momento era lo que sentía, y yo sabía que él no quería irse él me lo había dicho alguna vez, pero ahora ya no estaba.
Ese año transcurrió con tristeza y un agujero en mi corazón, sentía que no podría cerrarlo jamás. El agujero se fue cerrando poco a poco durante todo el tiempo de secundaria; conocí nuevas personas, nuevas amistades y lazos se formaron, la tristeza poco a poco se fue extinguiendo, pero en mi quedaba aun el recuerdo de aquel chico caprichoso.
La preparatoria llego y con ella nuevas experiencias: fiestas, salidas, amigos y problemas. Pasaba la mayor parte del tiempo estudiando para el examen de ingreso a la universidad, en mi cabeza solo había espacio para un seré aceptada o me rechazaran. Mientras estudiaba abrí un libro que tenía hace varios años y de el salió una carta no recordaba haber guardado nada ahí así que por curiosidad la tome y la leí, ahí estaba su firma Keigo Atobe – The King-, las lágrimas rodaban por mis mejillas sin poder contenerlas, todos los recuerdos de mi infancia junto a él vinieron y llenaron mi cabeza, comprendí que aquel agujero que creía cerrado solo había sido pegado con una bandita y ahora estaba abierto de nuevo. Recordé la promesa que me hizo alguna vez, sonreí tristemente al darme cuenta que si no habíamos contactado en más de 4 años no habría porque esperar que la cumpliera. No quise estudiar mas y me acosté a dormir.
muchas veces después de la noche en que volví a leer la carta tenia presente la imagen borrosa del chico que se autoproclamaba rey pero quedaban pocos meses para terminar la preparatoria, estaba emocionada y un poco asustada, era hora de presentar los exámenes de ingreso a la universidad, allí sabría que iba a ser de mi futuro. Presente los exámenes y al poco tiempo llegaron los resultados, había sido aceptada en dos universidades, mis padres estaban feliz y ahora las clases en el internado terminaban.
Todas las chicas debíamos llevar vestidos, el mío seria uno sencillo color beige, parecido al que me puse en mi primer baile. En esos días las chicas salimos de compras en grupos buscando los mejores complementos para los vestidos y por fin la noche de la ceremonia de graduación llego. Mis padres estaban emocionados, y por supuesto yo también, por fin saldría del internado a la vida real por así decirlo. En la sala de ceremonias el profesor encargado nos ayudaba a ponernos las capas de graduación. También se graduarían los del internado masculino junto a nosotras, todos los estudiantes nos sentamos a delante y los padres atrás esperando ver a sus hijos pasar por su tan anhelado diploma. La ceremonia comenzó las palabras de los representantes de cada internado fueron escuchadas y luego cada uno comenzó a pasar por su diploma cuando decían su nombre. Mi turno llego estaba nerviosa, cuando recibí el diploma mire a mis padres, les sonreí y recorrí con la mirada el lugar entero, en la última fila vi un chico apuesto, no lo había visto en la clase de los niños así que supuse que era el novio o el hermano de alguna chica afortunada. Fui a mi lugar y espere a que terminar la ceremonia. Paso un largo rato y cuando por fin acabo mis padres saltaron a mi lado me tomaban fotos con el diploma, con mis amigas, con mis amigos, con cualquier persona que pasara, fui a dejar la capa al profesor encargado y mis padres dijeron que me esperarían en el auto mientras me despedía de mis amigos. Cuando iba saliendo del lugar alguien me tomo de la mano, pensé que me había quedado alguien sin despedir así que voltee rápidamente, era el chico que había visto antes, lo mire fijamente el noto mi sorpresa y sonrió con autosuficiencia. “Felicidades” me dijo entregándome un ramo de flores que llevaba en la mano, yo me sonroje y no logre balbucear nada más que un pero. El rio y me abrazo, en ese instante lo reconocí, cuando se separó de mi lo mire y le sonreí “Tu…” fue lo único que le dije con una sonrisa y mis labios y los ojos enjuagados en lágrimas. Sentí como el agujero en mi corazón se cerraba completamente.
“No es de reyes no cumplir las promesas y te dije que estaría aquí contigo en este día” me dijo sonriéndome cálidamente y me volvió a abrazar. Caminamos hacia la salida “esperaba esto hace mucho tiempo” continuo, y luego sin pensarlo dos veces tomo mi cara entre sus manos y me beso tiernamente.
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