Hi hi Vengo, a traer algo por primera vez en este forito. Demo... no me gusto mucho y ciento que esta incompleto e.e Pero, pero, ¡Ay~! Hacia mucho que no escribía nada y menos de esta serie >< Aun así. Aquí esta. Espero con ansia esos Tomatazos~
Una vez más estaba frente al computador. Después de haber terminado de hacer sus tareas escolares. Las manos juntas y sus dedos entrelazados, recargando los codos sobre el escritorio, las manos frente a su rostro, mirando simplemente el monitor. Pensativa, aburrida y baja de ánimos.
En la barra de tareas una pestaña de una conversación se torno naranja. Alice…
— Alice’s Lobeiu's dice:
¿Por qué no lo buscas en el descanso?
— •Rasen• ~Para estar juntos los dos dice:
Ni siquiera somos de la misma escuela... Sólo es mi vecino.
— Alice’s Lobeiu's dice:
Hum... ¡Ya sé! Escríbele una carta, es muy romántico eso. ^^
— •Rasen• ~Para estar juntos los dos dice:
¿Una carta? Pero... tú sabes que no soy buena escribiendo lo que pienso o siento.
— Alice’s Lobeiu's dice:
Enna. Inténtalo. No digas que no lo eres. Escribes cosas muy bonitas, intenta expresarte.
— •Rasen• ~Para estar juntos los dos dice:
Esta bien… ¿Dónde la dejo? XD
— Alice’s Lobeiu's dice:
Déjasela en el buzón o lánzala a su ventana. Si, en la ventana. Así nadie se da cuenta. La ventana es la mejor opción
— •Rasen• ~Para estar juntos los dos dice:
Es segundo piso -.-
— Alice’s Lobeiu's dice:
¡Ah! Entonces. Mejor déjala en el buzón. Si, buzón. Y me tengo que ir, recuerda que ya no somos del mismo país. XD Te me fuiste desgraciada. ¬¬ Luego me cuentas como te fue. Descansa. ^^
— •Rasen• ~Para estar juntos los dos dice:
Desgraciada yo (?) ¬¬ Claro. Descansa. Buenas nochis. ^^
Una carta... Este bien. Lo intentare...
Abrió un documento en blanco para comenzar a escribir...
Para: Akutagawa Jirou.
De: Grisenbell E. Rasen.
Había llegado la mañana. Ya lista para salir. Despertar siempre era una guerra, sin embargo esa mañana no lo fue, tenia que hacer algo importante y ahora que por fin tenía la fuerza para hacerlo, nada la detendría. Tenía que dejar la carta antes de que fuera a la escuela. Él siempre revisaba el buzón antes de irse, era algo bueno, así nadie la vería mas que él.
Tomo sus cosas para salir con el sobre en la mano. Salió y llego a parar frente a la casa del muchacho. Una buena noticia, aun estaba dormido. Una y otra vez se llenaba de preguntas.
¿Y si no va hoy? ¿Qué tal si no le interesa leerla? ¿Y si olvida revisar el buzón?
Tristeza, ojos nublados. Sacudió su cabeza. Miro fijamente la reja. Tomando nuevamente el valor de hace unos minutos atrás. Se acerco a la cerca trepando por ella, hasta caer de golpe entre los arbustos. Dejarla en su ventana era la mejor opción. Se adentro sigilosamente para que nadie la escuchara. Llegando justamente donde se encontraba su habitación.
Y... ¿Cómo subo a dejarla?
— ¡Rayos! –Grito. Cubriéndose rápidamente la boca. Ocultándose detrás de un tanque de gas.
— ¿Qué fue ese ruido? –Pregunto una mujer dentro de la casa, abriendo la ventana de la cocina. Observando de un lado a otro. Sin encontrar nada. Cerró la ventana.
Rasen se deslizo por la pared hasta llegar al suelo.
—Me siento como una ladrona. Me rindo... –murmuro, escondiendo su rostro entre sus rodillas. — ¿Cómo llegare arriba?
Recargo nuevamente su cabeza a la pared. Mirando el árbol que estaba frente a la ventana del castaño/rojizo. Dejo sus cosas, camino hacia el árbol. Mirando detenidamente. Se acerco, y comenzó a treparlo. Llegando a la rama frente a esa ventana que estaba abierta. Aun más fácil, no podía ser. Lanzo la carta al suelo de la habitación. Observo adentro percatándose de algo.
No era la habitación...
— ¡Maldición! ¿Por qué me haces esto, señor? –Grito molesta.
Se arrastro por la rama de aquel árbol, y así poder entrar a la habitación, con el temor de poder caer y quebrarse un hueso. Se lanzo, entrando por la ventana. Tomo la carta, se acerco a la ventana para salir nuevamente por ella, pero se detuvo. Cerró la ventana, seguido de dirigirse a la puerta. ¿Qué más podía hacer? Ya estaba dentro, era mejor buscarlo por dentro. Camino por los pasillos sin hacer ruido alguno, reviso la puerta del lado derecho: el baño. La que seguía de esa, estaba vacía. Cuarto de huéspedes quizás, aunque estaba completamente vacio para serlo.
Se escucharon pasos. ¿A donde se metía? ¿Dónde se escondía? No podía meterse al cuarto vacío, podría revisarlo y encontrarla ahí. Y tampoco al baño, quizá la persona que se acercaba iría al baño. ¿Qué hacer? La habitación por la que había entrado. El ropero. Bajo la cama. Algo debía hacer. Esconderse donde quiera que no la pudieran ver.
Corrió hacia la recamara por la que había entrado, notando una puerta del otro lado de esa. ¡Genial! Esa era la que buscaba. Rápidamente se dirigió a ella, entrando sin hacer demasiado ruido, sin cerrarla completamente, miraba hacia el pasillo, recargada a ella. Era su madre la que subía a la habitación. Aliviada. Cerró la puerta, observando que había dentro. Una expresión de asombro, felicidad y esa risita de nervios.
— ¡La encontré! —Gritaba en su interior. Acercándose a él.
Verlo ahí, tan de cerca, dormido. Ese era el momento que tanto había esperado, se sentó a la orilla de la cama. Volteo al buro, movió algunas de las cosas que tenia. Ahí la podría ver, seguro que si. Era 100% seguro. El castaño/rojizo, se dio la vuelta estirando el brazo, colocándolo encima de las piernas de la joven. La rubia se paralizo, ruborizada. Volteo su rostro a verlo, quizá se había despertado y por eso la había tocado.
No. Falsa alarma, seguía dormido.
Rasen, sonrió al verlo tan cerca. Sin necesidad de ocultarse tras los arboles o alguna persona. Sentirse tan tranquila junto a él. Aunque éste ni siquiera estuviera consiente, tomo su mano. El joven emitió un sonido. Abriendo lentamente sus ojos. La rubia embobada por tenerlo tan cerca, aun no se percataba de la situación. Él miro hacia arriba, encontrándose con la mirada de la chica.
— ¿Eh...? ¿Quién eres tú? –cuestionó él, sentándose en la cama, para verla bien.
Nuevamente se paralizo. ¿Qué iba a hacer ahora? Ya la había visto. Miro su mano, la que tomaba la de él. Se sonrojo aun más.
— ¡Aah~! –Grito fuertemente la rubia. Empujando al chico hasta tirarlo al suelo.
—Oye, espera... –dijo el castaño. Algo que no tomo en cuenta, estaba bastante asustada.
Salió corriendo atravesando toda la casa hasta la salida, sin importar que los habitantes la viesen salir. Seguidamente de ir por sus cosas. Ahora si estaba en problemas. Y para acabarla, aun tenía la carta. Sin más, antes de salir del patio, dejo la carta en el buzón.
Ahora si, de camino a la escuela.
¡Ay~! Rasen como te complicas la vida. Era mejor haberla dejado en el buzón desde un principio, pero no. La niña quería armar todo un espectáculo. Y de todos modos terminaste dejándola en el buzón. Idiota, idiota. No, la palabra te queda pequeña...
Se reprendía mentalmente mientras corría por la calle directo a la escuela. Por lo menos había terminado con la monotonía de las mañanas.
¿O aun seguía dormido o una chica estaba en su habitación? ¿Cómo es que había entrado? Se preguntaba a sí mismo. Mientras se preparaba para ir a clases. Claramente, a la práctica de la mañana no asistiría. ¿Qué más da? A una que no vaya, no pasaría nada. Según pensaba él.
Salió de casa, se acerco al buzón a revisar si había algo. Y si, había un sobre, lo tomo.
—Es para mí... ¿De quien? –se preguntaba mientras le daba vuelta buscando el nombre de quien se lo mandaba. —No dice...
Lo guardo junto a la raqueta de tenis. Seguido de encaminarse a la escuela Hyotei.
Al fin habían terminado las prácticas de tenis. Y aún seguía preguntándose que rayos había ocurrido esa mañana. Pero algo que lo intrigaba era esa carta, no sabia si leerla o no. Tal vez no era precisamente para él, sin embargo tenia su nombre. No podía desecharla así nada más. ¿Qué tal si era algo importante?
—Ya. Está decidido. De camino a casa la leeré.
Iba de camino a su casa, se detuvo en el parque. Un buen lugar para estar tranquilo. Por alguna razón, ese día no fue normal. Y a pesar de ello, se comportaba diferente. Se sentó a las raíces de un árbol. Abriendo el sobre. Y poniéndose cómodo para leerla.
Para: Akutagawa Jirou.
De: Grisenbell E. Rasen.
QueridoJurou: vecino:
Quizá al momento de leer esta carta, no me ubiques, tal vez ni siquiera sabes quien soy. Bueno. Me llamo Rasen, como lo habrás notado. Emh~ no se que decir, una amiga me convenció de escribirte esto y dejar de espiarte. Dijo que era más “romántico” expresar mis sentimientos hacia ti. Y así no meterme en más líos. Aunque sea pésima en expresarme...
No se si tengas alguna fan o varias, y tal vez no tomes en cuenta lo que te estoy escribiendo. ¡Rayos! No se porque demonios hago esto. Lo mas seguro es que ni siquiera te importe lo que escriba o peor aun, que no llegues ni a leerlo. Ya te habrás dado cuenta que no tiene sentido esto...
¿Cómo estas? Espero te encuentres bien... ¿Qué más te puedo decir?
Admito que cuando me mude a esta ciudad, creí que era muerte súbita, deje a mis amigos, a mi familia, dejar todo lo que quería. O lo que pensaba que quería. Y luego llegaste a mi puerta ofreciendo un pastel de queso y dándonos la bienvenida, aunque no sea tu vecina de a lado. Creí que serias un desastre. Uno de esos vecinos que nunca salen de tu casa y te molestan a cada instante. Pero no fue así. Sólo estuviste esa noche cenando con mi familia. Quizá lo hayas notado, pero mi madre es muy... ¿mandona? Creo que esa no es la palabra, pero sabes a lo que me refiero.
Tú conoces a mi primo. Es tu compañero en no-se-donde, junto con otros más, pero es de algo. Mi primo nos presento, a pesar de que el día anterior habías estado en mi casa. Te diría su nombre, pero tengo un poco de miedo. ¿Que tal si no lo tomas como lo hubiera esperado? Prefiero dejarlo así.
Pienso, que aunque te de pistas, tal vez sigues sin saber quien soy. Puedo contartemuchas cosas de las numerosas situaciones que he hecho. Donde has volteado a verme. Quizá no lo recuerdes. He aprendido a espiarte y últimamente no te das cuenta como fue en un inicio. Recuerdo la vez que te estaba siguiendo, choque con sujeto que iba en una patineta, la que pise, y para no caer, trate de detenerme en un poste de luz, el que hizo que chocara y tirara un cesto de basura. Y peor aun, te reíste junto con tus amigos. Tenía el impulso de golpearte a pesar de que yo tuve la culpa, pero ¿para que? Total, si lo hacia, ni siquiera sabrías porque razón lo hice. Podría meterme en un problema peor.
Ya no diré más. Ya has de saber quien soy. Tu vecina de la esquina. La prima de uno de tus amigos o compañero, sea cual sea el caso. La chica que a cada instante hacia alguna tontería, y a pesar de todo volteabas a verla. De Seigaku.
Yo pienso que hago todo eso, no porque me guste tu físico. Yo pienso que es algo más que el aspecto. Es la primera vez que hago esto, sentir algo así por alguien que no es de mi familia o alguna amistad. No es normal en mi lo que siento, es la primera vez que me pasa.He llegado a pensar que me estoy volviendo loca. Y es cierto, necesito ir al psicólogo. Si fuera por tu físico, no seguiría con esto, cambiaria rápido de opinión y quizá ya me hubiera gustado alguien mas como objetivo, pero aun así sigo aquí, sin saber si es real o no...
Me gustan tus ojos tan comunes que casi siempre se tornan cerrados.
Tu rostro con esa cara de inocencia al dormir todo el tiempo.
Tú forma de ser, de reír, sonreír, de sorpresa y de sueño.
Tu cabello un poco alborotado.
Ya se me puso la piel chinita, de tan sólo tener tu imagen en mi mente. ><
Creo que es todo. Si sigo así, seré capas de llenar un documento de cien hojas. Espero tener el valor de hablarte sin esa frialdad, arrogancia y seriedad que siempre muestro hacia todos,sabiendo que en realidad no soy así.
Sin más. Con mucho cariño.
Rasen.
P.D.: Tienes muchos tachones y escritos a lápiz. xD Lo que es leerla después de haberla imprimido .__.
—Rasen...
Una vez más estaba frente al computador. Después de haber terminado de hacer sus tareas escolares. Las manos juntas y sus dedos entrelazados, recargando los codos sobre el escritorio, las manos frente a su rostro, mirando simplemente el monitor. Pensativa, aburrida y baja de ánimos.
En la barra de tareas una pestaña de una conversación se torno naranja. Alice…
— Alice’s Lobeiu's dice:
¿Por qué no lo buscas en el descanso?
— •Rasen• ~Para estar juntos los dos dice:
Ni siquiera somos de la misma escuela... Sólo es mi vecino.
— Alice’s Lobeiu's dice:
Hum... ¡Ya sé! Escríbele una carta, es muy romántico eso. ^^
— •Rasen• ~Para estar juntos los dos dice:
¿Una carta? Pero... tú sabes que no soy buena escribiendo lo que pienso o siento.
— Alice’s Lobeiu's dice:
Enna. Inténtalo. No digas que no lo eres. Escribes cosas muy bonitas, intenta expresarte.
— •Rasen• ~Para estar juntos los dos dice:
Esta bien… ¿Dónde la dejo? XD
— Alice’s Lobeiu's dice:
Déjasela en el buzón o lánzala a su ventana. Si, en la ventana. Así nadie se da cuenta. La ventana es la mejor opción
— •Rasen• ~Para estar juntos los dos dice:
Es segundo piso -.-
— Alice’s Lobeiu's dice:
¡Ah! Entonces. Mejor déjala en el buzón. Si, buzón. Y me tengo que ir, recuerda que ya no somos del mismo país. XD Te me fuiste desgraciada. ¬¬ Luego me cuentas como te fue. Descansa. ^^
— •Rasen• ~Para estar juntos los dos dice:
Desgraciada yo (?) ¬¬ Claro. Descansa. Buenas nochis. ^^
Una carta... Este bien. Lo intentare...
Abrió un documento en blanco para comenzar a escribir...
Carta a mi príncipe... ¿Dormilón...?
Para: Akutagawa Jirou.
De: Grisenbell E. Rasen.
…
Había llegado la mañana. Ya lista para salir. Despertar siempre era una guerra, sin embargo esa mañana no lo fue, tenia que hacer algo importante y ahora que por fin tenía la fuerza para hacerlo, nada la detendría. Tenía que dejar la carta antes de que fuera a la escuela. Él siempre revisaba el buzón antes de irse, era algo bueno, así nadie la vería mas que él.
Tomo sus cosas para salir con el sobre en la mano. Salió y llego a parar frente a la casa del muchacho. Una buena noticia, aun estaba dormido. Una y otra vez se llenaba de preguntas.
¿Y si no va hoy? ¿Qué tal si no le interesa leerla? ¿Y si olvida revisar el buzón?
Tristeza, ojos nublados. Sacudió su cabeza. Miro fijamente la reja. Tomando nuevamente el valor de hace unos minutos atrás. Se acerco a la cerca trepando por ella, hasta caer de golpe entre los arbustos. Dejarla en su ventana era la mejor opción. Se adentro sigilosamente para que nadie la escuchara. Llegando justamente donde se encontraba su habitación.
Y... ¿Cómo subo a dejarla?
— ¡Rayos! –Grito. Cubriéndose rápidamente la boca. Ocultándose detrás de un tanque de gas.
— ¿Qué fue ese ruido? –Pregunto una mujer dentro de la casa, abriendo la ventana de la cocina. Observando de un lado a otro. Sin encontrar nada. Cerró la ventana.
Rasen se deslizo por la pared hasta llegar al suelo.
—Me siento como una ladrona. Me rindo... –murmuro, escondiendo su rostro entre sus rodillas. — ¿Cómo llegare arriba?
Recargo nuevamente su cabeza a la pared. Mirando el árbol que estaba frente a la ventana del castaño/rojizo. Dejo sus cosas, camino hacia el árbol. Mirando detenidamente. Se acerco, y comenzó a treparlo. Llegando a la rama frente a esa ventana que estaba abierta. Aun más fácil, no podía ser. Lanzo la carta al suelo de la habitación. Observo adentro percatándose de algo.
No era la habitación...
— ¡Maldición! ¿Por qué me haces esto, señor? –Grito molesta.
Se arrastro por la rama de aquel árbol, y así poder entrar a la habitación, con el temor de poder caer y quebrarse un hueso. Se lanzo, entrando por la ventana. Tomo la carta, se acerco a la ventana para salir nuevamente por ella, pero se detuvo. Cerró la ventana, seguido de dirigirse a la puerta. ¿Qué más podía hacer? Ya estaba dentro, era mejor buscarlo por dentro. Camino por los pasillos sin hacer ruido alguno, reviso la puerta del lado derecho: el baño. La que seguía de esa, estaba vacía. Cuarto de huéspedes quizás, aunque estaba completamente vacio para serlo.
Se escucharon pasos. ¿A donde se metía? ¿Dónde se escondía? No podía meterse al cuarto vacío, podría revisarlo y encontrarla ahí. Y tampoco al baño, quizá la persona que se acercaba iría al baño. ¿Qué hacer? La habitación por la que había entrado. El ropero. Bajo la cama. Algo debía hacer. Esconderse donde quiera que no la pudieran ver.
Corrió hacia la recamara por la que había entrado, notando una puerta del otro lado de esa. ¡Genial! Esa era la que buscaba. Rápidamente se dirigió a ella, entrando sin hacer demasiado ruido, sin cerrarla completamente, miraba hacia el pasillo, recargada a ella. Era su madre la que subía a la habitación. Aliviada. Cerró la puerta, observando que había dentro. Una expresión de asombro, felicidad y esa risita de nervios.
— ¡La encontré! —Gritaba en su interior. Acercándose a él.
Verlo ahí, tan de cerca, dormido. Ese era el momento que tanto había esperado, se sentó a la orilla de la cama. Volteo al buro, movió algunas de las cosas que tenia. Ahí la podría ver, seguro que si. Era 100% seguro. El castaño/rojizo, se dio la vuelta estirando el brazo, colocándolo encima de las piernas de la joven. La rubia se paralizo, ruborizada. Volteo su rostro a verlo, quizá se había despertado y por eso la había tocado.
No. Falsa alarma, seguía dormido.
Rasen, sonrió al verlo tan cerca. Sin necesidad de ocultarse tras los arboles o alguna persona. Sentirse tan tranquila junto a él. Aunque éste ni siquiera estuviera consiente, tomo su mano. El joven emitió un sonido. Abriendo lentamente sus ojos. La rubia embobada por tenerlo tan cerca, aun no se percataba de la situación. Él miro hacia arriba, encontrándose con la mirada de la chica.
— ¿Eh...? ¿Quién eres tú? –cuestionó él, sentándose en la cama, para verla bien.
Nuevamente se paralizo. ¿Qué iba a hacer ahora? Ya la había visto. Miro su mano, la que tomaba la de él. Se sonrojo aun más.
— ¡Aah~! –Grito fuertemente la rubia. Empujando al chico hasta tirarlo al suelo.
—Oye, espera... –dijo el castaño. Algo que no tomo en cuenta, estaba bastante asustada.
Salió corriendo atravesando toda la casa hasta la salida, sin importar que los habitantes la viesen salir. Seguidamente de ir por sus cosas. Ahora si estaba en problemas. Y para acabarla, aun tenía la carta. Sin más, antes de salir del patio, dejo la carta en el buzón.
Ahora si, de camino a la escuela.
¡Ay~! Rasen como te complicas la vida. Era mejor haberla dejado en el buzón desde un principio, pero no. La niña quería armar todo un espectáculo. Y de todos modos terminaste dejándola en el buzón. Idiota, idiota. No, la palabra te queda pequeña...
Se reprendía mentalmente mientras corría por la calle directo a la escuela. Por lo menos había terminado con la monotonía de las mañanas.
~~
¿O aun seguía dormido o una chica estaba en su habitación? ¿Cómo es que había entrado? Se preguntaba a sí mismo. Mientras se preparaba para ir a clases. Claramente, a la práctica de la mañana no asistiría. ¿Qué más da? A una que no vaya, no pasaría nada. Según pensaba él.
Salió de casa, se acerco al buzón a revisar si había algo. Y si, había un sobre, lo tomo.
—Es para mí... ¿De quien? –se preguntaba mientras le daba vuelta buscando el nombre de quien se lo mandaba. —No dice...
Lo guardo junto a la raqueta de tenis. Seguido de encaminarse a la escuela Hyotei.
~~
Al fin habían terminado las prácticas de tenis. Y aún seguía preguntándose que rayos había ocurrido esa mañana. Pero algo que lo intrigaba era esa carta, no sabia si leerla o no. Tal vez no era precisamente para él, sin embargo tenia su nombre. No podía desecharla así nada más. ¿Qué tal si era algo importante?
—Ya. Está decidido. De camino a casa la leeré.
Iba de camino a su casa, se detuvo en el parque. Un buen lugar para estar tranquilo. Por alguna razón, ese día no fue normal. Y a pesar de ello, se comportaba diferente. Se sentó a las raíces de un árbol. Abriendo el sobre. Y poniéndose cómodo para leerla.
Para: Akutagawa Jirou.
De: Grisenbell E. Rasen.
Querido
Quizá al momento de leer esta carta, no me ubiques,
No se si tengas alguna fan o varias, y tal vez no tomes en cuenta lo que te estoy escribiendo. ¡Rayos! No se porque demonios hago esto. Lo mas seguro es que ni siquiera te importe lo que escriba o peor aun, que no llegues ni a leerlo. Ya te habrás dado cuenta que no tiene sentido esto...
¿Cómo estas? Espero te encuentres bien... ¿Qué más te puedo decir?
Admito que cuando me mude a esta ciudad,
Tú conoces a mi primo. Es tu compañero en no-se-donde, junto con otros más, pero es de algo. Mi primo nos presento, a pesar de que el día anterior habías estado en mi casa. Te diría su nombre, pero tengo un poco de miedo. ¿Que tal si no lo tomas como lo hubiera esperado? Prefiero dejarlo así.
Pienso, que aunque te de pistas, tal vez sigues sin saber quien soy. Puedo contarte
Ya no diré más. Ya has de saber quien soy. Tu vecina de la esquina. La prima de uno de tus amigos o compañero, sea cual sea el caso. La chica que a cada instante hacia alguna tontería, y a pesar de todo volteabas a verla. De Seigaku.
Yo pienso que hago todo eso, no porque me guste tu físico. Yo pienso que es algo más que el aspecto. Es la primera vez que hago esto, sentir algo así por alguien que no es de mi familia o alguna amistad. No es normal en mi lo que siento, es la primera vez que me pasa.
Me gustan tus ojos tan comunes que casi siempre se tornan cerrados.
Tu rostro con esa cara de inocencia al dormir todo el tiempo.
Tú forma de ser, de reír, sonreír, de sorpresa y de sueño.
Tu cabello un poco alborotado.
Ya se me puso la piel chinita, de tan sólo tener tu imagen en mi mente. ><
Creo que es todo. Si sigo así, seré capas de llenar un documento de cien hojas. Espero tener el valor de hablarte sin esa frialdad, arrogancia y seriedad que siempre muestro hacia todos,
Sin más. Con mucho cariño.
Rasen.
P.D.: Tienes muchos tachones y escritos a lápiz. xD Lo que es leerla después de haberla imprimido .__.
—Rasen...
•R•a•s•e•n•
Última edición por Rasen el Lun Ene 24, 2011 2:40 am, editado 2 veces
Dom Oct 07, 2012 10:21 pm por Kath Law
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Lun Feb 13, 2012 5:21 pm por Hiitomi Echizen