Bueno estaba muy desocupada y se me ocurrió esto, pero bueno tiene una parte un poco (pervertidilla) pero no mucho lol jijijijijijiji
me dicen que tal les parece^^
-Dicen que del odio al amor hay un paso….- mira al chico que tiene al lado sonriente y continua-Si lo odiaba y no lo aguantaba, y como no hacerlo, si cada vez que estábamos en los jardines de la universidad y yo pasaba, él se levantaba y gritaba: “ “ hey hermosa gracias por lo de anoche”, y claro como jóvenes todos los que estaban presentes ( que eran bastantes) comenzaban a silbar, y gritar “uuiiiiiiiii”, definitivamente no lo odia por deporte, sino porque se lo merecía. Como se le ocurría decirme eso delante de tatas personas, gritándolo, si todos los jóvenes tienen mente pervertida y se imaginarían lo peor.
Algunas veces simplemente pasaba por el pasillo rodeado de chicas y de fanáticos que estaban dispuestos a cargarle sus libros y simplemente, paraba hasta quedar en frente mío me miraba de arriba abajo y se burlaba en mi cara, ¿de qué? Nunca lo supe no había razón para ello.
Muchas más cosas me hacía: me botaba la bandeja del almuerzo, hacía que las chicas que lo acompañaran me gastaran bromas, mejor dicho mi vida era un caos.
Ya estaba cansada, cada vez que me veía me hacía quedar en ridículo, yo jamás le había hecho ni dicho nada, pero ahora le daría por donde es el orgullo de los hombres “sus” tamaños. Era la hora del almuerzo, en la mañana yo había comprado un pastel bastante cremoso, sería el día de mi venganza. Lo busque por todo el comedor, ya tenía planeado que le diría, lo encontré en el centro de todo el comedor rodeado de sus fans, perfecto, pensé y comencé a caminar hacia él, cuando llegue a su puesto me detuve detrás de él, valla si tenía una cabellera linda, pero que triste, le embadurne el pastel en el cabello, todas las chicas a su alrededor gritaron de pánico, él se levantó y me miro, todos en el comedor nos veían, “para que entiendas que el tamaño en la cama si es importante, y que con tu tamañito, no quiero volver a tener una cita contigo” solté y luego una idea se me paso por mi cabeza, tenía dos opciones o quedaba como una zorra o el quedaría tan mal que nadie se percataría de lo primero, pero de inmediato todos los chicos de alrededor lo abucheaban y las chicas reían intranquilas. Si había pasado lo segundo, yo reía plácidamente junto con los demás chicos que estaban en el comedor, no podía parar y más aun viendo la cara roja de aquel chico, las mejillas se le habían hinchado, su lunar parecía que se fuera a estallar. Si pues había cumplido mi venganza.
De un momento a otro comenzó a jalarme de la mano en dirección a la salida, el chico aún estaba rojo, yo creería que histérico, lo que le hice le había afectado más que todo lo que él me había dicho durante mi estancia en la universidad.
- Te odio- me dijo al fin entrándome junto con él en el baño de hombres.
- Si lo sé – le dije tranquila, y con un poco de sarcasmo añadí- y adivina que eres el feliz ganador de un sentimiento correspondido- comencé a aplaudir y a gritar como cuando en un programa de televisión alguien se ha ganado un premio. El solo me miro y abrió l llave del lavamanos. Metió su cabello y comenzó a juagarlo. De repente sin razón alguna comenzó a reír.
- Quieres salir conmigo?-
- Estás loco- le grite histérica, como se atrevía a hacerme otra broma así, luego me molestaría a cualquier respuesta que le diera.
- No- rio un poco más- simplemente no pensé que tuvieras esa fuerza dentro de ti.
- De que hablas? – le pregunte extrañada. Ahora sí que no entendía nada, hace unos pocos minutos atrás acababa de decirme que me odiaba y bueno no era para menos con lo que le había hecho pasar.
- Mi nombre es Atobe Keigo- dijo y se levantó del lavamanos con su cabellera limpia.-
- El mío es- comencé a decirle, pero él me corto de inmediato.
- Si ya lo sé, Shizuka Shiraishi. – dijo tranquilamente, mentalmente yo abrí mi bocota.-
- Qué? Como sabes mi nombre.- le dije rápidamente
- Pues todo este tiempo, solo te he estado probando.- dijo tranquilamente. Yo no podía creerlo, todo ese ridículo que me había hecho pasar durante tanto tiempo era solo una prueba?, ¿de qué?¿ Cómo? ¿Por qué?¿ Se estaba enloqueciendo del todo o que diablos pasaba?.
- Si este es mi primer año en la universidad al igual que el tuyo.- comenzó – así que aún me quedan 5 años aquí y necesito gente de confianza a mi lado.- se miró al espejo, peinándose con las manos- te acepto.
- ¿Que que? – no podía creer lo que estaba escuchando, aparte de todo sínico- y..¿ si no quiero?- dije de inmediato.
- Pues no tienes elección- en realidad se veía muy seguro de lo que hablaba- así que te espero en mi casa esta tarde a las 5-
- ¿Estás loco?¿Crees que no me doy cuenta que es otra de tus bromitas?- el rio y me miro.
- Ore-sama no pasa un ridículo por nada- dijo y salió del baño- te espero esta tarde.
Yo quede en el baño pensando en sus palabras, sínico, se me hacía cada vez más intolerable, definitivamente lo odiaba. Un chico entro en el baño y al verme grito e hizo que saliera de mis pensamientos. Salí corriendo del baño, aunque lo odiaba no podía dejar de sentir curiosidad por aquella invitación en la tarde.
Ni siquiera me cambie llegue a la mansión de aquel chico, y toque la puerta, me abrió un anciano muy forma, me hizo seguir sin preguntarme nada hasta la sala de te donde se encontraba Atobe.
- Bienvenida a mi casa- dijo el chico-
- Bueno terminemos con esta farsa ¿sí?- dije a la defensiva- donde está la broma, las cámaras, lo que sea.- el rio y se sentó.
- Sigue siéntate.- me indico, ya me dio flojera seguir peleando con él, al parecer era otra persona diferente.”
-Desde esa tarde aquel chico engreído y yo comenzamos una buena amistad. Realmente hay mucho más en el que lo que aparenta. Cierto Keigo?
-Como quieras- el chico se voltea y ríe.
-Muchos dicen que del odio al amor hay un paso, pero ¿qué tal si te quedas en medio?
me dicen que tal les parece^^
-Dicen que del odio al amor hay un paso….- mira al chico que tiene al lado sonriente y continua-Si lo odiaba y no lo aguantaba, y como no hacerlo, si cada vez que estábamos en los jardines de la universidad y yo pasaba, él se levantaba y gritaba: “ “ hey hermosa gracias por lo de anoche”, y claro como jóvenes todos los que estaban presentes ( que eran bastantes) comenzaban a silbar, y gritar “uuiiiiiiiii”, definitivamente no lo odia por deporte, sino porque se lo merecía. Como se le ocurría decirme eso delante de tatas personas, gritándolo, si todos los jóvenes tienen mente pervertida y se imaginarían lo peor.
Algunas veces simplemente pasaba por el pasillo rodeado de chicas y de fanáticos que estaban dispuestos a cargarle sus libros y simplemente, paraba hasta quedar en frente mío me miraba de arriba abajo y se burlaba en mi cara, ¿de qué? Nunca lo supe no había razón para ello.
Muchas más cosas me hacía: me botaba la bandeja del almuerzo, hacía que las chicas que lo acompañaran me gastaran bromas, mejor dicho mi vida era un caos.
Ya estaba cansada, cada vez que me veía me hacía quedar en ridículo, yo jamás le había hecho ni dicho nada, pero ahora le daría por donde es el orgullo de los hombres “sus” tamaños. Era la hora del almuerzo, en la mañana yo había comprado un pastel bastante cremoso, sería el día de mi venganza. Lo busque por todo el comedor, ya tenía planeado que le diría, lo encontré en el centro de todo el comedor rodeado de sus fans, perfecto, pensé y comencé a caminar hacia él, cuando llegue a su puesto me detuve detrás de él, valla si tenía una cabellera linda, pero que triste, le embadurne el pastel en el cabello, todas las chicas a su alrededor gritaron de pánico, él se levantó y me miro, todos en el comedor nos veían, “para que entiendas que el tamaño en la cama si es importante, y que con tu tamañito, no quiero volver a tener una cita contigo” solté y luego una idea se me paso por mi cabeza, tenía dos opciones o quedaba como una zorra o el quedaría tan mal que nadie se percataría de lo primero, pero de inmediato todos los chicos de alrededor lo abucheaban y las chicas reían intranquilas. Si había pasado lo segundo, yo reía plácidamente junto con los demás chicos que estaban en el comedor, no podía parar y más aun viendo la cara roja de aquel chico, las mejillas se le habían hinchado, su lunar parecía que se fuera a estallar. Si pues había cumplido mi venganza.
De un momento a otro comenzó a jalarme de la mano en dirección a la salida, el chico aún estaba rojo, yo creería que histérico, lo que le hice le había afectado más que todo lo que él me había dicho durante mi estancia en la universidad.
- Te odio- me dijo al fin entrándome junto con él en el baño de hombres.
- Si lo sé – le dije tranquila, y con un poco de sarcasmo añadí- y adivina que eres el feliz ganador de un sentimiento correspondido- comencé a aplaudir y a gritar como cuando en un programa de televisión alguien se ha ganado un premio. El solo me miro y abrió l llave del lavamanos. Metió su cabello y comenzó a juagarlo. De repente sin razón alguna comenzó a reír.
- Quieres salir conmigo?-
- Estás loco- le grite histérica, como se atrevía a hacerme otra broma así, luego me molestaría a cualquier respuesta que le diera.
- No- rio un poco más- simplemente no pensé que tuvieras esa fuerza dentro de ti.
- De que hablas? – le pregunte extrañada. Ahora sí que no entendía nada, hace unos pocos minutos atrás acababa de decirme que me odiaba y bueno no era para menos con lo que le había hecho pasar.
- Mi nombre es Atobe Keigo- dijo y se levantó del lavamanos con su cabellera limpia.-
- El mío es- comencé a decirle, pero él me corto de inmediato.
- Si ya lo sé, Shizuka Shiraishi. – dijo tranquilamente, mentalmente yo abrí mi bocota.-
- Qué? Como sabes mi nombre.- le dije rápidamente
- Pues todo este tiempo, solo te he estado probando.- dijo tranquilamente. Yo no podía creerlo, todo ese ridículo que me había hecho pasar durante tanto tiempo era solo una prueba?, ¿de qué?¿ Cómo? ¿Por qué?¿ Se estaba enloqueciendo del todo o que diablos pasaba?.
- Si este es mi primer año en la universidad al igual que el tuyo.- comenzó – así que aún me quedan 5 años aquí y necesito gente de confianza a mi lado.- se miró al espejo, peinándose con las manos- te acepto.
- ¿Que que? – no podía creer lo que estaba escuchando, aparte de todo sínico- y..¿ si no quiero?- dije de inmediato.
- Pues no tienes elección- en realidad se veía muy seguro de lo que hablaba- así que te espero en mi casa esta tarde a las 5-
- ¿Estás loco?¿Crees que no me doy cuenta que es otra de tus bromitas?- el rio y me miro.
- Ore-sama no pasa un ridículo por nada- dijo y salió del baño- te espero esta tarde.
Yo quede en el baño pensando en sus palabras, sínico, se me hacía cada vez más intolerable, definitivamente lo odiaba. Un chico entro en el baño y al verme grito e hizo que saliera de mis pensamientos. Salí corriendo del baño, aunque lo odiaba no podía dejar de sentir curiosidad por aquella invitación en la tarde.
Ni siquiera me cambie llegue a la mansión de aquel chico, y toque la puerta, me abrió un anciano muy forma, me hizo seguir sin preguntarme nada hasta la sala de te donde se encontraba Atobe.
- Bienvenida a mi casa- dijo el chico-
- Bueno terminemos con esta farsa ¿sí?- dije a la defensiva- donde está la broma, las cámaras, lo que sea.- el rio y se sentó.
- Sigue siéntate.- me indico, ya me dio flojera seguir peleando con él, al parecer era otra persona diferente.”
-Desde esa tarde aquel chico engreído y yo comenzamos una buena amistad. Realmente hay mucho más en el que lo que aparenta. Cierto Keigo?
-Como quieras- el chico se voltea y ríe.
-Muchos dicen que del odio al amor hay un paso, pero ¿qué tal si te quedas en medio?
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