He is my Life
Quién iba a pensar que mi mejor amiga estaba por casarse! Y más aún cuando se trataba de esa persona. En realidad se me dificultaba el poder creerle.
- Es que en realidad no te creo – dije intentando ocultar mis verdaderos pensamientos.
- ¡Pues sí, me casaré con tu primo! – me respondió de manera alegre, saltando de felicidad.
- ¿Y cómo ocurrió todo? – quise atreverme a preguntar, aun no me explicaba cómo diablos mi primo iba a casarse. Desde que tengo conocimiento, él ha sido una persona bastante seria, que jamás en la vida se le conoció novia alguna, pero sí era conocido en el colegio por ser el chico más apuesto… o al menos como uno de los más.
- Fácil – me respondió nuevamente mostrando su verdadero entusiasmo.
No me extrañaba, ella era mi mejor amiga y si así mi primo era feliz, yo estaba bien. La miraba entusiasmada como me contaba paso a paso la manera en que llegaron a ese “acuerdo”. Y pensar que yo había hecho el papel de cupido por primera vez en mi vida y había dado resultado! La abrazé después de lo que me contó.
- ¡Pues felicidades! – le dije tan entusiasmada como ella – espero lo mejor para ustedes.
Al rato continuamos hablando de diferentes temas sobre la boda, los hijos, el futuro, etc. Y luego se marchó. Corrí a mi habitación y me tiré sobre mi cama. ¿Acaso en realidad esto estaba sucediendo? Sólo tenía ganas de llorar. Podía recordar todo el tiempo en que mi amiga y yo llevábamos siendo amigas, y también tenía en mi mente todos los momentos que he vivido junto con Marui. Y pensar que nos llevamos por dos años de edad, pero la relación entre nosotros era algo más que… en fin, ya no tiene importancia. Yo y mi primo vivimos en la misma casa, ya que mis padres fallecieron en un accidente y mis tíos decidieron tenerme a su cargo. Mi nombre es Ochiibi, mis amigos suelen llamar Chiibi y Marui es el único que me dice Chii-nee. Tengo 16 años, mi primo 18 y está terminando la escuela. Me levanté de manera brusca al escuchar mi primo golpear la puerta y pronunciar unas palabras. Sequé mis lágrimas para que no notara que estaba llorando hace poco, debía mostrarme seria y por más que no quisiera, debería mentir.
- Que sucede – le dije cerrando la puerta, tras que él ingresara a mi cuarto, que para mí mala suerte en este momento también era el suyo.
- Además de querer hablar contigo, te recuerdo que es mi cuarto, Chii-nee – dijo en tono serio, dejando sus bolsos sobre la cama que éste ocupaba.
Era día sábado, libre de escuela, pero mi primo entrenaba tenis el fin de semana y llegaba siempre a estas horas de la noche.
- Perdón Marui – dije bajando la mirada y comenzando a abrir las sábanas de mi cama, era bastante tarde y quería dormir y olvidar todo lo que estaba ocurriendo. A pesar de tener mis dieciséis años, siempre que estaba en mi cama, era mi primo quien se encargaba de acomodarlas y darme un beso en la frente de buenas noches. Pero cuando se sentó sobre mi cama, dispuesto a tomar las sábanas y acomodarlas, tomé una de sus manos – no es necesario – le dije de manera fría, dándome vuelta.
No quería ver su rostro, estaba enfadada, cómo no me había dicho antes que se quería casar con mi mejor amiga, además… además …
- ¿Qué te pasa? – dijo preocupado, acariciando mi espalda.
- No es nada – volví a decir de manera cortante, girando nuevamente mi rostro, esta vez boca abajo a la almohada, pero entonces me tomó el rostro y de manera forzosa, logró hacer que lo mirara, para luego agarrarme con un montón de interrogaciones que no tenía ganas ni de ser honesta, ni de responder – no es nada – insistí nuevamente, negándome a hablar.
- Bien – dijo soltando mi mano que acababa de tomar.
Esperaba a que se fuera a su cama, pero en lugar de eso, se aventó sobre mí para besarme como siempre, esta vez en los labios. Lo miré mientras hacía eso, con los ojos desmesurados, luego me dejé llevar hasta que atiné a quitármelo de encima, obligándome a sentarme en mi cama. Limpié mis labios para demostrarle que sus besos para mí ya no valían nada, yo aún seguía enfadada por lo que iba a hacer, el corazón se me estaba partiendo por dentro.
- ¿Cómo sigues haciendo estas cosas? – lo observaba furiosa, intentando que creyera que me daba rabia el hecho que me besara, siendo que se iba a casar con mi amiga – Acaso olvidas que tienes novia y que…
Susurré las últimas palabras, quería herirlo de la misma manera que él lo había hecho conmigo, la venganza me hacía sentir bien por un momento, pero después viene un típico arrepentimiento. Me detuve al hablar, miré a Marui que desvió la mirada hacia el piso, jugando con sus dedos y con el rostro serio.
- Perdón – dije tirándome sobre él para abrazarlo, lo había pillado desprevenido. No se dio cuenta de que venía a abalanzarme sobre él y caímos los dos en el piso. Por un momento se me había olvidado por completo que estaba enfadada con él, pero luego lo recordé y me puse de pie inmediatamente, avergonzada por la acción que acababa de hacer.
- Al parecer ya… te enteraste – me mencionó sentándose a mi lado en la cama – es por eso que actuabas raro, ¿no?
No quería mentirle, ¿qué sacaba con hacer eso? Asentí de manera débil, sonrojada aun, observándolo a los ojos.
- ¿por qué? – preguntó apretando el puño, sin perder de vista mis ojos de los suyos.
- Porque te quiero… - susurré apenada, votando unas lágrimas. Marui se apresuró a secarlas, sosteniendo mi rostro entre sus manos – no quiero que me dejes sola – le dije mientras las malditas lágrimas no dejaban de caer y luego me abrazó, consintiéndome y acariciando mi espalda con sus cálidas manos.
- Si es por eso, no tienes que preocuparte – me mencionó, separándome de él y volviendo a mirar los ojos de manera penetrante – yo te quiero mucho más de lo que quiero a ella.
- Entonces por qué te casarás con ella – le pregunté agitando mis manos contra mi cama, demostrando mi enfado.
- No lo sé – me respondió de manera fría – pero…
Antes de que pudiera terminar, me acerqué a su rostro y lo besé de la misma forma en que él lo había hecho con anterioridad. No podía resistirme a sus besos y caricias, definitivamente él era mi debilidad. Sentí como se dejaba llevar y yo hacía lo mismo, se tiró con delicadeza sobre mí, cayendo los dos sobre la cama.
Pero de pronto, sentimos unos pasos acercarse y nos separamos del beso con brusquedad, ambos nos miramos atónitos, sin atinar a reaccionar. Rápidamente me besó nuevamente y luego se dirigió a su cama para ordenar los bolsos y luego ingresó al baño que había allí mismo en la pieza, para ducharse y vestirse. De improviso, abrieron la puerta de nuestra habitación, era mi tía que venía a decirnos buenas noches como acostumbraba siempre.
- ¿Y dónde está Marui? – me preguntó al no verlo en la habitación.
- En el baño – dije apuntando la puerta de ese lugar – se está duchando.
Entonces se fue y yo sólo me limité a reírme en voz baja, jamás pensé que algo así podría pasar entre nosotros, pero se daba casi de forma natural. Volví a mi cama aun entre risitas y me tapé con las sábanas, cerré mis ojos y deseé que nunca jamás cambiaran las cosas, adoraba estar allí con él y lo amaba.
Nya D: ok, xD no me animaba mucho a poner este one shot here xD, de hecho me da vergüenza n///nU, pero ya qué xD~ Era un historia con otros personajes owo~ pero los cambié, junto con unas partes de ella... eran muy ... raras .w. *¬* x//D haha yes *-* Soy una maldita afisionada por el incesto hetero *///* nosé porque ._.u pero me encanta. Considerenme loca ._. y amante de los dulces >.< xD y de Buntiin *-* yaya, los dejo de aburrir :3~ y espero que les aiia gustado o.o
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